Llevamos muchos años creando, consumiendo y desechando botellitas, envases y cajas de plástico. En los últimos años la investigación climática ha evidenciado lo nocivos que son nuestros plásticos para el planeta y la urgente necesidad de cambiar nuestros modelos de producción. Cada vez más empresas se suman a cambiar sus packagings sustituyendo los plásticos por materiales sostenibles. Mientras los modelos de producción transicionen hacia el futuro limpio aún se continuarán produciendo, consumiendo y tirando toneladas de plástico.
El desarrollo sostenible pasa por el reciclaje del plástico.
Una vez hemos utilizado los plásticos, los tiramos al contenedor amarillo esperando que sean reciclados pero realmente ¿Sabemos qué pasa más allá del umbral del contenedor?
Cualquier opción para deshacernos de los plásticos que no sea el reciclaje daña peligrosamente nuestro ecosistema ya que las técnicas para eliminarlo pasan por la liberación de gases contaminantes o la descomposición natural del plástico que se aproxima que puede durar entre 100 y 1.000 años.
La economía circular para acabar con los plásticos y la crisis del petróleo.
Es por eso, que la solución que podemos darle a todas las toneladas de plásticos que ya hay producidas es otorgarles una nueva vida. A través de la transformación, los envases y botellas pueden pasar a no solo no contaminar, sino ser convertidos en materias eco friendly. Un ejemplo de esto es la creación de energías limpias a partir de plásticos. Una solución que mataría dos pájaros de un tiro: el desperdicio de plásticos y el problema del petróleo por su aumento de precio.
Los plásticos son uno de los materiales de desecho recolectados más valiosos por su valor energético. De esta forma, 1kg de polipropileno es capaz de generar 3 veces más energía que un 1kg de madera. Esto se consigue a través de la pirólisis de plasma frío.
Combustible limpio de plástico. La pirólisis de plasma frío
Este proceso se encarga de transformar el plástico en hidrógeno, metano y etileno siendo utilizados el hidrógeno y el metano como combustibles limpios. En el caso del etileno y los hidrocarburos en polímeros y otros procesos químicos que ayuden a la fabricación de nuevas materias.
Lo mejor es que la reacción con el plasma frío apenas tarda unos segundos por lo que se convierte en un proceso muy rápido y de bajo coste. Por lo que se postula como una vía de negocio muy interesante que transformaría los desperdicios en productos nuevos.